viernes

AMAPOLAS EN LA ALCARRIA

In Flanders fields the poppies blow
Between the crosses, row on row,
That mark our place; and in the sky
The larks, still bravely singing, fly
Scarce heard amid the guns below.

Lieutenant-Colonel John McCrae
Flanders, near Ypres, Belgium. May, 1915.


“En los campos de Flandes las amapolas soplan entre las cruces, fila a fila, marcando nuestro lugar; y en el cielo las alondras, aún cantan airosamente, vuelan apenas oídas en medio de las armas vencidas.”
.

El día 11 de noviembre de 1918, a las 11 horas, se firmaba en Francia el armisticio que finalizaría con la terrible Primera Guerra Mundial. Laboratorio de pruebas para el holocausto de la Segunda Guerra Mundial, en ella perdieron la vida más de 8 millones de jóvenes. Sus ilusiones quedaron enterradas bajo las trincheras de los campos de Europa. Sin embargo, estos valientes soldados consiguieron uno de los hechos más importantes de nuestra historia: el primer triunfo de la democracia frente a la dictadura. La libertad emergería desde entonces como la única flor de esa tierra, otrora yerma ante barro, bombas y alambradas. La vida volvería a aparecer simbolizada por una preciosa amapola, ruborizada, orgullosa de sus pétalos ante el atractivo sol del mediodía. La amapola protegería bajo su sombra el alma de las armas vencidas. Escondería bajo su flor los horrores de una guerra que, desea, no vuelva a repetirse. Prometería, con su rojizo color, un deseo de amor y fraternidad entre todos los hombres.
Hoy, la amapola, guarda en todo el mundo un significado sentimental. Recuerda a todos aquellos héroes caídos en combate que lucharon por un futuro mejor para sus familias. Homenajea a quienes dejaron sus vidas por defender unos ideales de libertad.
Británicos, norteamericanos, canadienses, neozelandeses, australianos y otros miembros de la Commonwealth celebraron el mes pasado el 90 aniversario del fin de la Gran Guerra. Lo celebraron llevando en la solapa de sus chaquetas y camisas una amapola, un símbolo que une a millones de personas de todo el planeta. Nosotros, desde el Instituto Mar de Castilla de Sacedón y, por supuesto, desde la Provincia de Guadalajara, no quisimos ser menos y nos sumamos a ese Día de la Conmemoración, al tradicional Poppy Day. Portamos también una amapola hecha por nuestras manos; manos de alumnos y profesores que mostraron todo su cariño e ilusión; manos que quisieron dar un sincero homenaje: el homenaje a un mundo cada vez más libre.
Lector, todos los años florecen amapolas en nuestra Alcarria. Aparecen momentos antes de recoger la cosecha. Cada mes de noviembre la humanidad entera se acuerda de esta flor justo antes de recolectar su libertad. Ayúdenos a recordar que somos libres. Póngase usted también una amapola en su solapa.